La versión
animada de Ghost in the Shell de 1995
es un clásico en toda la extensión de la palabra, es decir que se trata una
obra importante dentro de su medio y género que ha servido como base para
muchas otras obras, convirtiéndola así en una de las animaciones más
influyentes de la ciencia ficción (específicamente del llamado “cyberpunk”) y
en general una de esas películas que todo el mundo recomienda pero que en realidad
poca gente ha visto o siquiera le interesa ver. Así pues, la versión “live-action”
de Ghost in the Shell se da a la
tarea de no sólo adaptar una muy importante obra del anime/manga, sino también hacer
llegar esta historia a un público mucho más amplio, objetivos que logra alcanzar,
por lo menos parcialmente.
En Ghost in the Shell (no, en ningún momento
pienso usar el estúpido nombre que le pusieron en México a esta película)
seremos testigos de la búsqueda de una misteriosa joven por encontrar su
pasado. En un futuro no muy lejano la línea entre la tecnología y el ser humano
se ha vuelto tan delgada que es prácticamente invisible, por lo que es común que
la población pueda mejorar sus propios cuerpos fusionando partes cibernéticas con
tejidos orgánicos. Es en esta sociedad futurista donde la misteriosa agente Mira
Killian (Scarlett Johansson) es asignada a un caso que envuelve a un peligroso
terrorista, investigación que poco a poco ira revelando el propio oscuro pasado
de Killian, un pasado que ella misma había olvidado y que refleja que tal vez
sus recuerdos no son lo que parecen.
Visualmente
la película es muy interesante, con efectos especiales que, aunque si te pueden
dejar con la boca abierta, no son tan novedoso, de hecho, y de no ser porque
este mismo año veremos una continuación de esa franquicia, diría que los
efectos visuales de Ghost in the Shell
son una versión moderna de lo que podríamos esperar de en una secuela de Blade Runner, utilizando una estética característica
del género pero que Ghost in the Shell
se limita a recrear y solo aporta detalles muy pequeños a la fórmula. De igual
manera la película traslada a la perfección algunas de las escenas más icónicas
de su contraparte animada, lamentablemente muchas de estas escenas más que
aportar algo a la historia simplemente se agregan para convencernos de que esta
es una adaptación fiel a la obra original, y diría que lo es, pero
estrictamente en el sentido visual.
La historia
es la parte que más se ve afectada por la adaptación y la búsqueda de apelar a
un público tan amplio como sea posible. No voy a discutir los diversos temas que
toca la obra original porque no quiero estar aquí las próximas tres semanas,
solo diré que la historia de esta versión de Ghost in the Shell deja de lado sus puntos más interesantes para
enfocarse en una trama mucho, mucho, mucho más simple, una que lamentablemente
la hace parecer una copia casi directa de Robocop.
Aunque el
ritmo de la trama es adecuado, en más de una ocasión la historia parece
arrastrar los pies y le da muchas vueltas a un mismo punto, volviéndose un tan
lenta, predecible y, seamos totalmente sinceros, un poco aburrida, por suerte
estos momentos casi siempre son interrumpidos por una secuencia de acción que,
si bien no es demasiado espectacular, por lo menos es lo suficientemente
entretenida como para despertar al espectador.
Como casi
siempre, mi incondicional amor por la ciencia ficción logra nublar un poco mi
juicio, ya que aunque esta nueva versión de Ghost
in the Shell no es ni de cerca tan innovadora, interesante o inteligente como
podría ser, sigue siendo una buena introducción al complejo y a veces intimidante
mundo del cyberpunk. La trama es simple y tristemente predecible, incluso al
revelar sus giros que se ven venir a kilómetros de distancia, pero por lo menos
el aspecto visual es lo suficientemente interesante como para llamar la atención
en todo momento. Ghost in the Shell
es un buen punto de entrada para la franquicia pero no deja de sentirse como la
versión “descafeinada” del concepto original. Si esperan una interpretación fiel
de la obra original no solo saldrán decepcionados sino también bastante
molestos, pero si logran moderar sus propias expectativas lograran pasar un
agradable rato en el cine.
Ghost in the
Shell: 3/5. Buena. Lo admito, mi propia parcialidad probablemente me esté
haciendo darle un punto más del que debería.
Mejor que:
Pasajeros (2016), Dragon Ball Evolución (2009) (Esa última comparación es en
cuanto adaptaciones de anime y manga al cine).
No tan buena
como: Ghost in the Shell (1995), Al Filo del Mañana (2014) (que también es una adaptación
de manga), la serie Deus Ex (2000 – 2016) (Sí, ya sé que esa es una franquicia
de videojuegos y no de películas, pero se tocan muchos puntos en común con esta
película).
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